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lunes, 29 de noviembre de 2010

Vuelve Ramón del Mar


Como viene siendo habitual desde hace algunos años, el Museo Arqueológico de Úbeda inicia el próximo fin de semana la campaña de actividades previas a la Navidad.
Y también como es costumbre desde hace dos años, volveré a este sitio tan agradable a ofrecer nuevas y viejas historias relacionadas con el lugar.
En esta edición, además de ofrecer las representaciones de Títeres “Juan el Oso” (el domingo 5) y “Manú, el chico que fue a buscar al Viento Norte” (el domingo 12), acompañado por Paqui, continuaremos conociendo algo más sobre la figura de Ramón del Mar Ruiz Seoane, primer Paleoarqüentólogo de la Historia, del que se desvelarán nuevos hallazgos en forma de cuento, rescatados de los fondos ocultos del almacén del Museo.
La cita será a las 12:00 de la mañana, los días 4, 5, 8, 11, 12, 18 y 19 del mes de Diciembre.
Os esperamos allí.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Encuentro con historia en Andújar



Ayer estuve en la Biblioteca de Andújar, teniendo un encuentro en torno a la Ilustración (no el periodo histórico, sino la labor de iluminar textos con imágenes, claro), con alumnos y alumnas de 3º y 4º de la ESO.
El rato, como suele ocurrir cuando las cosas se preparan con tanto mimo como el que derrocha Asun en lo que hace, fue bueno y fructífero.
Y entre los comentarios que se hicieron sobre el trabajo, me llamó la atención uno de los que formuló Jesús.
Preguntaba si no era necesario tener dinero para poder realizar cualquier trabajo artístico. Al menos el suficiente para poder comprar óleos, telas, botes de spray...
Y yo le respondí con algo que, cuando yo era pequeño y pensaba en las necesidades técnicas que tenía que cubrir con mi escaso presupuesto de entonces, no sabía: lo importante no es el material, sino el HACER. Con lo que sea que uno tenga a mano. Con un humilde lápiz, con un palito en la arena, con el bolígrafo de la escuela e incluso usando como soporte el libro de texto (¡anda que no habré soltado yo la mano intercalando personajes en las fotografías serias hechas a los firmantes de cualquier tratado bélico).
No hay otra manera de aprender y de desarrollarse que hacer. Y eso, cualquiera con pretensiones artísticas, debe tenerlo asumido desde el principio. De hecho, fuera del hacer, lo demás no es importante, o lo es menos. Para un actor, por ejemplo, lo importante es actuar: fuera de su rol, no es actor, sino una persona más.
En fin, que me hubiera gustado tener conmigo la cámara de fotos, para poder tener una imagen adecuada en esta entrada. Pero como suelo olvidarla, y, además, la conversación que tuvimos me da para elegir otra cosa, os pongo el último dibujo -sencillo, sin herramientas costosas, pero hecho-, con que ilustro la historia introductoria de Luis Foronda en el Blog de La Librería del que ya hemos hablado aquí anteriormente (por cierto: como de costumbre, si queréis conocer la historia, no hay más que pinchar aquí).
Y espero que Jesús tome nota y, algún día, me enseñe un montón de cosas que hizo sin tener que esperar a que le tocara la lotería para poder realizarlas.

lunes, 8 de noviembre de 2010

En plural







La semana pasada estuve en Almería, en la Biblioteca Pública Provincial “Francisco Villaespesa”, porque me habían propuesto realizar un taller para introducirse en el mundo de los cuentos a través de la Narración Oral.
Y en apenas tres tardes, he tenido uno de esos “encuentros afortunados” que dan título a la sección. Porque lo he pasado en grande, reunido con personas que, con intereses, gustos, procedencias y motivaciones de lo más variado, conformaron un grupo estupendo en el que poder regalarnos palabras, gestos e historias y en el que rescatamos uno de los placeres más sencillos y efectivos de que somos capaces de disponer sin más elementos que nosotros mismos: contar cuentos.
El último día recordé –por fin- llevarme la cámara de fotos. Y aunque no han salido todas lo bien que deberían (la mayoría están algo borrosas, porque el movimiento de los protagonistas en interiores tiene eso), subo a este blog las que pueden salvarse, tal y como prometí.
Y aunque nos faltan algunos participantes, que tuvieron que irse corriendo antes de la foto final, espero que las que hay nos sirvan para recordar esas tres tardes en las que jugamos a redescubrirnos como protagonistas de nuestras propias historias.
Confío en que los cuentos sigan creciendo hasta la próxima vez que nos encontremos. Porque estoy ansioso por conocer los que, seguro, han comenzado a brotar ya entre nuestros dedos.