miércoles, 16 de noviembre de 2011

A veces ocurre...


... que, al terminar una sesión de cuentos, alguien se acerca, te da las gracias, te regala versiones o recuerdos que se despertaron inesperadamente mientras aparecían las historias por el aire.
Y también ocurre, a veces, que se acerca alguien como Lola en la tarde lluviosa del lunes pasado, y te pregunta si vas a volver al día siguiente. Y si le dices que no, mete la mano en su bolso y, como disculpándose por no tener tiempo para lo que quería hacer, al sacarla muestra en la palma el personaje de una de las historias que habías compartido.
Y devuelve con su regalo asombro por asombro.
Desde aquí quisiera darle las gracias por esa pequeña lagartijilla verde que hizo salir el sol en la Biblioteca Central de Córdoba cuando la puso en mi mano, sonriendo, panza arriba como siempre.

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