El pasado sábado 7 de Noviembre hicimos la presentación de estos dos libros en el estupendo espacio que la Fundación "Huerta de San Antonio" va construyendo poco a poco en la iglesia de San Lorenzo de Úbeda.
Y aunque todo comenzó por la mañana, con una pintada de escaparate para recordar el acto, fue realmente por la tarde cuando emprendimos el viaje que nos llevó a conocer estos dos nuevos libros.
Por eso convertimos la sacristía de esa iglesia en un avión y, acompañados por la complicidad del público que llenó el lugar, despegamos para conocer detalles de esas dos historias.
Fue un rato estupendo y quiero dar las gracias desde aquí a Isabel Cabello, que fue la comandante de nuestro vuelo y que introdujo el acto con un cariño más grande que las alas de cualquier Boeing. También al equipo de azafatas que acompañaron a los viajeros y los guiaron con tanto mimo: Paqui, Ana y Rosa nos elevaron a las nubes con su amabilidad y su disposición.
Desde luego, también hay que agradecer a todas las personas que trabajan en San Lorenzo, luchando porque en este rincón del casco antiguo de la ciudad se concrete, gracias a sus incansables iniciativas, eso que algunos llaman "dinamización" del lugar. Con un combustible así se puede alcanzar la estratosfera, por lo menos.
Y para terminar, quisiera también dar las gracias al público entusiasta que no sólo jugó con nosotros acompañando el nacimiento de estas dos nuevas aventuras, sino que también tuvo enorme paciencia a la hora de esperar su firma en los ejemplares (casi una hora de cola tranquila hicieron algunos, más que para embarcar en un avión de verdad).
Van aquí ahora algunas fotos:
¡¡Nos vemos en el próximo viaje!!
Y aunque todo comenzó por la mañana, con una pintada de escaparate para recordar el acto, fue realmente por la tarde cuando emprendimos el viaje que nos llevó a conocer estos dos nuevos libros.
Por eso convertimos la sacristía de esa iglesia en un avión y, acompañados por la complicidad del público que llenó el lugar, despegamos para conocer detalles de esas dos historias.
Fue un rato estupendo y quiero dar las gracias desde aquí a Isabel Cabello, que fue la comandante de nuestro vuelo y que introdujo el acto con un cariño más grande que las alas de cualquier Boeing. También al equipo de azafatas que acompañaron a los viajeros y los guiaron con tanto mimo: Paqui, Ana y Rosa nos elevaron a las nubes con su amabilidad y su disposición.
Desde luego, también hay que agradecer a todas las personas que trabajan en San Lorenzo, luchando porque en este rincón del casco antiguo de la ciudad se concrete, gracias a sus incansables iniciativas, eso que algunos llaman "dinamización" del lugar. Con un combustible así se puede alcanzar la estratosfera, por lo menos.
Y para terminar, quisiera también dar las gracias al público entusiasta que no sólo jugó con nosotros acompañando el nacimiento de estas dos nuevas aventuras, sino que también tuvo enorme paciencia a la hora de esperar su firma en los ejemplares (casi una hora de cola tranquila hicieron algunos, más que para embarcar en un avión de verdad).
Van aquí ahora algunas fotos:
¡¡Nos vemos en el próximo viaje!!