Lo bueno de ir visitando bibliotecas por el mundo, es que siempre encuentra uno, mirando entre los anaqueles más alejados del rincón de novedades, algún tesoro.
El pasado martes 24 de Marzo estuve en la Biblioteca de Los Barrios (Cádiz), charlando con niños y niñas de 11 años sobre Libros Ilustrados.
Pero antes de que llegaran a la visita, y arropado por Mercedes y por Dori, guías excepcionales que están a punto de abandonar su viejo barco por uno mayor que las haga recorrer nuevos mares, dimos con uno de esos tesoros que se esconden bajo una apariencia gastada.
"Títeres con cachiporra", de Ángeles Gasset, es uno de esos pocos libros sobre cómo hacer títeres, que esconden perlas para aquella persona que quiera acercarse a la creación de sus propios espectáculos.
Dedicando poco tiempo a la construcción, proponen pequeñas obras para llevar a la escena. Pero lo mejor, lo más valioso que esconde este librito gastado, son sus ejemplos sobre cómo organizar de manera global la representación, ofreciendo ejemplos de realización de guiones condensados a la manera de mínimas escaletas.
El libro, publicado por Aguilar, es del año 1967, así que imagino que será difícil de encontrar. Pero siempre quedan algunos en nuestras bibliotecas más cercanas (consulta, eficiente, Dori, y me dice que hay 27 ejemplares repartidos por toda Andalucía).La apoteosis la pone Mercedes enseñándome una colección de libros ilustrados por José Ramón Sánchez. Pero de él hablaré, más extensamente, otro día, después de encontrarlo por sorpresa, como no dudo que sucederá, en otra biblioteca.
El pasado martes 24 de Marzo estuve en la Biblioteca de Los Barrios (Cádiz), charlando con niños y niñas de 11 años sobre Libros Ilustrados.
Pero antes de que llegaran a la visita, y arropado por Mercedes y por Dori, guías excepcionales que están a punto de abandonar su viejo barco por uno mayor que las haga recorrer nuevos mares, dimos con uno de esos tesoros que se esconden bajo una apariencia gastada.
"Títeres con cachiporra", de Ángeles Gasset, es uno de esos pocos libros sobre cómo hacer títeres, que esconden perlas para aquella persona que quiera acercarse a la creación de sus propios espectáculos.
Dedicando poco tiempo a la construcción, proponen pequeñas obras para llevar a la escena. Pero lo mejor, lo más valioso que esconde este librito gastado, son sus ejemplos sobre cómo organizar de manera global la representación, ofreciendo ejemplos de realización de guiones condensados a la manera de mínimas escaletas.
El libro, publicado por Aguilar, es del año 1967, así que imagino que será difícil de encontrar. Pero siempre quedan algunos en nuestras bibliotecas más cercanas (consulta, eficiente, Dori, y me dice que hay 27 ejemplares repartidos por toda Andalucía).La apoteosis la pone Mercedes enseñándome una colección de libros ilustrados por José Ramón Sánchez. Pero de él hablaré, más extensamente, otro día, después de encontrarlo por sorpresa, como no dudo que sucederá, en otra biblioteca.