Cuando era pequeño los cómics que leía –los tebeos, entonces-, casi siempre incluían, entre las aventuras, una página que se dedicaba a mostrar los trabajos de los lectores-admiradores. Esas galerías mostraban, con mayor o menor fortuna, pero con ilusión y con valentía, los primeros pinitos de niños y niñas que, como yo, dibujaban a sus héroes favoritos, intentando disfrutar de lo que nos brindaban de un modo más activo del habitual.
Yo nunca mandé un dibujo a una revista de aquéllas. Y siempre miré con una cierta envidia los comentarios de los editores, y el batiburrillo de maneras distintas de hacer que cristalizaba en cada nuevo dibujo aparecido de manos de ese ramillete de admiradores.
He recordado esas sensaciones últimamente, en estos días en que, de la mano del Centro Andaluz de las Letras, visito colegios y bibliotecas para enseñar cómo se hace un libro ilustrado o para contar mis experiencias en torno a ese mundo.
Porque en cada nuevo lugar al que llego, siempre encuentro algún niño o alguna niña que tienen preparados algunos trabajos que han hecho en días atrás y que quieren enseñarme.
Yo disfruto mucho ese honor que me hacen al enseñármelos. Pero he pensado que sería interesante también que, al igual que en esas páginas de tebeos de mi infancia, aparecieran publicados. Así todos podríamos compartir ese placer de hacer, ese vértigo de enseñar, y esa emoción de saber que anda uno por un camino interesante.
Es por eso que inauguramos hoy esta Galería Ambulante de la mano de Moisés, de 4º de Primaria del C.E.I.P. Federico García Lorca de Carboneras (Almería), que me enseñó dibujos de Spiderman o de Trunx, y que eligió, de entre todos los que tenía, éste de Batman que encabeza la nota, y del que imagino que se sentirá especialmente orgulloso. Realmente, tiene motivos para ello y espero que siga dándole al lápiz. Ya sabemos que los atletas del dibujo deben entrenar a diario. Y quizá, algún día, encontremos algún dibujo propio de Moisés, debidamente encuadernado.