Cuando uno comienza a dibujar, siempre lo hace mirando hacia otro sitio: otros autores, otros compañeros o compañeras, otras imágenes que ha planteado alguien y que nos resultan interesantes por motivos que no sabemos aún verbalizar.
Por eso, verse del otro lado, siendo modelo para que otros comiencen a probar su pericia con el lápiz, me llena inevitablemente de una alegría en la que se mezcla un puntito de orgullo.
Copió al Limpiabotas Ismael, en el colegio "Aurelio Sánchez" de Peñarroya-Pueblonuevo, en Córdoba, el pasado Febrero, para regalárselo a su maestra.
Y yo, que pasé por allí contando cuentos, sentí que aquél regalo era, también, para mí.
Así que desde aquí, con algo de retraso, le doy las gracias.
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